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Padre Ignacio Quien fue este santo sacerdote.

Ignacio Escanciano PDF E-mail

Ignacio Escanciano 

Nacio en Tejerina, León el 31 de Julio de 1920. Ingresó en el Seminario de Urnieta el Septiembre de 1933. Alli cursó tres años de Bachillerato. El cuarto y el quinto los cursó en Villa Pakea porque Urnieta había desaparecido devorado por las llamas.

Comenzó el noviciado en Las Arenas el 24 de Julio de 1938 . Fue llamado a filas y el 1 de Octubre tuvo que incorporarse al Ejercito Nacional.

Teminada la guerra fue licenciado y volvíó a comenzar el noviciado en Las Arenas. Hizo los primeros votos el 17 de Febrero de 1941.

Paso a Pozuelo de Alarcón para hacer los estudios eclesiasticos. Recibió el sacerdocio el 6 de Abril de 1946.

Su primera obediencia fue para el Juniorado de las Arenas. En este juniorado permaneció hasta el 30 de Marzo de 1949,. Este día llegó a El Abrojo con un grupito de juniores para preparar el nuevo Juniorado que estaba todavía sin terminar. Fue un profesor ameno y encariñado con los chicos. El 14 de Noviembre de 1955 fue nombrado Superior de la comunidad. Permaneció en el cargo hasta 1958.

Recibio nueva obediencia para Madrid para hacerse cargo de la economía de la provincia en tiempos de arcas vacías.

Posteriormente fue destinado a la comunidad de Misioneros de Cuenca. En poco tiempo se consagró como un misionero popular muy querido y de mucho éxito porque tenía infinididad de recursos, era campechano y poseía gracia especial para contar anécdotas y sucedidos.

En 1966 una nueva obediencia le llevó a Jaén como párroco de la parroquia recien fundada de S.  Pedro Pascual. Se encontró con que dicha parroquia no tenía templo, ni salones, ni vivienda. El P. Ignacio se ganó el cariño de la gente por su dedicación a todos, en especial a los pobres de la parroquia que eran la mayoría. Encontró tiempo para prestar ayuda espiritual a cinco comunidades de religiosas , para presidir la Adoración Nocturna y organizar las conferencias de S. Vicente de Paúl.

En 1982 recibió nuevo destino para la parroquia de Nuestra Señora de la Merced de Oviedo en la que pasó 7 años.

En 1989 llegó a la comunidad de Madrid y se entregó de lleno a la actividad parroquial. Su primer paso fue visitar a las familias de la parroquia una por una. Se encontró con enfermos que por delicadeza no pedían los auxilios espirituales. Se ofreció a llevarles la comunión, sobre todo , los domingos y festivos. Fueron numerosos, incluso de las parroquias vecinas. Los que recibieron la visita del P.Ignacio.

Aceptó ser capellán del Sanatorio de El Rosario y se pasaba horas , cada día visitando a los pacientes.

Cuando llegó la avalancha de inmigrantes encontraron en el P. Ignacio cálida acogida. Fueron numerosos de la casa para pedir ropa, trabajo, arreglo de papeles de Caritas. Se hacía lo que se podía. pero nunca marcharon con las manos vacías.

Las tardes el domingo las pasaba el P. Ignacio con un nutrido grupo de inmigrantes que recibían formación religiosa y se divertían con musica, con ritmos de sus países, juegos, preparación de festivales de la canción, agasajos navideños... etc. Fue muy querido por todos y a todos les tendió una mano cuando más lo necesitaron.

Necesitaba pocas horas de sueño. Le encantaban las manualidades. Le encantaba hacer de relojero, de sastre, de electricista, carpintero, restaurador de imágenes... 

Se mantuvo fiel a lo de antes. Nunca abandonó la sotana, el fajín y el crucifijo oblatos. Añoraba los anteriores métodos de pastoral, las costumbres , los reglamentos, aunque por obediencia y por caridad aceptaba las nuevas formas y siempre fue un religioso dócil a lo que los superiores le mandaron.

Fue servicial para con todos, buen compañero, hablador y comunicativo. Amante de la Eucaristía y de la Virgen María.

El cancer le fue invadiendo a pesar de las numerosas intervenciones quirúrgicas que tuvo que padecer, sin quejarse nunca y sin hablar de sus molestias y dolores . Dio le llamó a su presencia el día 3 de Enero de 2006.